09 marzo 2025

Eutanasia

El subtítulo delimita un poco más el contenido de este libro: “¿Debemos matar a los enfermos terminales?” Porque de lo que trata Pollard es de poner el acento en que la eutanasia significa matar y es algo diverso del “derecho a morir” entendido este como derecho a rechazar los tratamientos que no curan sino que únicamente mantienen con vida. Son conceptos que con frecuencia se confunden, tanto en la propaganda como en las leyes. Por ello el autor emplea el verbo matar sin tapujos y siempre que viene a cuento, sin eufemismos ni circunloquios. La muerte digna es también algo diverso del derecho a que me maten: es muerte digna aquella que está de acuerdo con la dignidad humana, es decir, rodeado de cuidados y a ser posible del afecto de familiares y amigos (“cercado de su mujer y de sus hijos y hermanos y criados”).

El libro data (1989) de cuando aún no existían leyes que validasen la eutanasia, ni siquiera en Holanda, aunque y aquí la vista gorda estaba generalizada. Sin embargo, el debate estaba ya en la calle y el libro recoge también todos los aspectos problemáticos de esta práctica: la relegación de los cuidados paliativos, la manipulación de encuestas, la consideración del enfermo como menos digno de vivir, la confusión en torno a los analgésicos o quién ha de tener la responsabilidad de matar.

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