Estas rimas las componen sonetos y canciones, aparte de alguna
otra composición de corta extensión. Las canciones son llamadas también baladas
(ballata), lo cual me hace abandonar
mi creencia de que ese término designaba solo un poema lírico-narrativo. El
tema, el acostumbrado desde los provenzales, desarrollado por los del stil novo: la mia donna y sus desdenes, la petición de merced, los ojos asesinos, el corazón que late a pesar de estar
herido de muerte… Es de notar la repetida mención a unos espíritus cuya referencia se me escapa: ¿los sentimientos?, ¿las pasiones?...
En el enjundioso prólogo, el autor (Enrico Fenzi) nos expone la diferencia entre las concepciones del
amor de Dante y Cavalcanti. El segundo está en la tradición de la enfermedad del amor, lo cual relaciona Fenzi con escepticismo de Guido, mientras que para Dante el amor es una vía hacia Dios,
siendo Beatriz una figura Christi,
término éste que me encantó, por cierto.
La traducción de Juan
Ramón Masoliver me gusta más que la de la Vita nova por Martínez Mesanza,
en este mismo volumen. Masoliver respeta
la forma original y consigue casi siempre mantener los efectos de rima, en
concreto las rimas internas de que era bastante amigo Cavalcanti.
__