22 noviembre 2015

Los renglones torcidos de Dios


Voy a ser poco original, porque no voy a hacer sino alabar una novela que se ha vendido como chuches y se ha leído, no me cabe duda, hasta el punto de merecer una edición conmemorativa, creo que a los treinta años, en el 2009.

De Torcuato Luca de Tena, desde Edad prohibida, siempre me espero lo mejor. Esta vez superó todas mis expectativas. Tal vez los problemas humanos que plantea se queden al nivel de lo psiquiátrico, de lo moral y de lo social, pero el modo de afrontar esos problemas y de mostrarnos la psicología, tal vez no muy compleja, de los personajes resulta deslumbrante. De hecho es una novela psicológica, social, ejemplar, policíaca, documental, todo ello en las dosis requeridas para satisfacer a un sector amplio de público sin quedarse en las banalidades de los bestsellers habituales.

Es un bestseller, sí, y de ello da fe, de entrada, el propio glamour de la protagonista, que se une luego a otros elementos como los anabolizantes didácticos, para emplear la expresión de David Viñas; los toques de horror y de sensualidad, desde luego el suspense e incluso los momentos de emoción aventurera. Pero, insisto, todo ello se halla medido con primor y nada resulta excesivo. Y el toque de genio, como suele suceder en este hombre, está en la estructura narrativa, aquí consistente en un habilísimo jugueteo con el lector acerca del carácter de la protagonista, que nos mantiene en un constante vaivén: ¿loca?, ¿cuerda?, hasta el mejor final feliz del último medio siglo (por no pillarme los dedos).

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