23 marzo 2013

"Born to be sexy"


El rótulo campeaba en un bolso de viaje portado por una adolescente que formaba parte, al parecer, de una excursión escolar. La palabra sexy, en una traducción groseramente literal, sería tanto como "sexuda" o "sexosa", es decir, que posee unos abultados caracteres sexuales secundarios. Ser sexy equivale a ser apetecible para el fornicio, "estar buena", que diríamos en español tabernario. Quien exhibe ese rótulo lo hace, imagino, porque comulga con él. Vamos, que el ideal de esta chica en la vida era provocar satisfacción en el macho. Y, sin embargo, supongo que ella, como todas sus compañeras, ha sido instruida en un feminismo políticamente impecable que incluye el odio a la mujer objeto, el rechazo del acoso sexual y de la violencia de género, y que reaccionará con un melindre de correctísimo asco ante la mera mención de esos conceptos. ¿Ustedes lo entienden?

Yo también.

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