25 febrero 2013

Romanticismo. Una odisea del espíritu alemán


Para los alemanes, el Romanticismo es ante todo el que se desarrolló en Jena a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Al menos así se desprende de este libro de Rüdiger Safranski, que se divide en dos partes: "El Romanticismo" y "Lo romántico". Heine y Wagner, por ejemplo, están ya en "lo romántico", es decir, en las secuelas que ese movimiento dejó en la cultura posterior, junto con Feuerbach, Marx, Rilke o Jünger. Mientras que los románticos puros serían Novalis, Hölderlin, los Schlegel, Tieck o Hoffmann. Siendo los filósofos como Herder o Fichte, o los poetas filósofos como Schiller, quienes dieron una base ideológica a los artistas; una base ideológica que se cifra en el descubrimiento del yo: inventar de nuevo el mundo a partir de la propia conciencia.

La escritura de Safranski es lo más novelesca posible para un ensayo al que no se puede acusar de superficial, sino que revela un conocimiento sólido del pensamiento y la literatura de su país. Comienza presentándonos el viaje marítimo de Herder a Nantes como un símbolo de lo que estaba a punto de desencadenarse, cumpliendo anticipadamente la exhortación de Nietzsche: "¡Filósofos, a la mar!" Y a partir de aquí podemos ir siguiendo el desarrollo del Romanticismo y de lo romántico como si fuese un drama de esta tendencia. No es que sea una obra fácil, pero la propia amenidad del estilo de Safranski nos hace perseverar a pesar de pasajes de cierta densidad, como densa es la literatura alemana de Goethe en adelante.

__