
Graham Greene toma una curiosa distancia, doble distancia, con respecto a su personaje, ya que no es el amigo, Rollo Martins, quien narra, sino un policía, bien que muchas veces a través de la conciencia de Rollo (en la película Holly; o algo así). Supongo que quiere darnos una visión más imparcial de la psicología de este, que, por cierto, da más impresión de fragilidad, también física, que Joseph Cotten en el film. Al contrario que Lime, Rollo Martins es la falta de virtudes unida a una clara conciencia del bien y el mal.
Es curioso que sea en la novela donde el prota se lleva a la chica. Pero también resulta muy cinematográfica esa fidelidad irracional de las mujeres a gente como Lime. Por otro lado no sé qué falta hacía Anna, ni en un sitio ni en otro, salvando el hecho de que junto a todo hombre suele haber una mujer.
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