10 febrero 2012
Las ideas generales
Gran parte de las novelas de Galdós, y del XIX en general, se dedican a mostrar una idea viciada de la existencia cristiana en la sociedad civil. Véase este discurso de Juanito Santa Cruz (Fortunata y Jacinta), acabadamente burgués y opuesto a toda noción de santificación del mundo.
Yo le he dicho que a las personas muy buenas, muy buenas, es menester atarlas algunas veces. Esta es un ángel, y los ángeles caen en la tontería de creer que el mundo es el cielo. El mundo no es el cielo, ¿verdad, Ramón?, y nuestras acciones no pueden ser basadas en el criterio angelical. Si todo lo que piensan y sienten los ángeles, como mi mujer, se llevara a la práctica, la vida sería imposible, absolutamente imposible. Nuestras ideas deben inspirarse en las ideas generales, que son el ambiente moral en que vivimos. Yo bien sé que se debe aspirar a la perfección; pero no dando de puntapiés a la armonía del mundo..., ¡pues bueno estaría!..., a la armonía del mundo, que es..., para que lo sepas..., un grandioso mecanismo de imperfecciones, admirablemente equilibradas y combinadas.
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