14 septiembre 2016

Resurrección

Resurrección es una novela de denuncia, y no dudo de que la cuestión social en Rusia era tan lamentable como aquí aparece, y que Tolstoi tenía todo el derecho a denunciar con voz bien alta. Pero como novelista no sé si tenía tanto derecho a hacer esto. Eres León Tolstoi, chaval. Has escrito Ana Karenina y Guerra y paz. Un respeto al lector.

La novela es flojísima, en efecto, y además interminable. Si no se te cae al suelo es porque su autor sigue sabiendo qué hacer con una pluma en la mano, pero aquí le sale una historia moralista con personajes de folletín. Nejludov es el pecador que recibe un toque de gracia cuando ve en el banquillo a la joven, Katucha Maslova, a la que había seducido años atrás, llevado por esa mentalidad de miles gloriosus que era más fuerte que la conciencia en el estamento militar, si hemos de creer lo que nos cuentan. El tipo se dedica a reparar el error judicial que él mismo comete como jurado, tratando de conseguir una revisión del juicio e incluso proponiéndole matrimonio, aunque descubre para su mayor consternación que la joven se ha convertido en una cínica a la que nadie podrá disuadir ya de que el egoísmo y la rapacidad de todo tipo señorean el mundo. Tolstoi espolvorea la narración con abundantes prédicas de su peculiar cristianismo anarquista, hasta el punto de que el volumen empieza y acaba con citas evangélicas.

Si al menos hubiera contribuido a implantar en Rusia un régimen de libertades y garantías...

__