
¿Es posible afirmar o negar la existencia de Dios con
razones meramente intelectuales? Si hemos de creer a
Antony Flew (y no hay
motivos para no hacerlo), se puede. Pero eso no elimina el hecho de que la
existencia o no existencia de Dios tiene implicaciones de peso para la vida
particular de cada ser humano. De ahí que
Flew termine con ese "Quizás
algún día pueda oír una Voz que dice: ¿Me oyes ahora?" Afirmar a Dios
implica buscar el contacto con Él. Si no se desea ese contacto, se desea negar su
existencia. Esa es la razón de que
Flew perciba con frecuencia cierta
agresividad en la dialéctica de los ateos.
Este no es el testimonio de una conversión, como el libro homónimo de
André Frossard, sino de un cambio de opinión, de opinión filosófica. Para Flew,
hay que seguir todo razonamiento hasta donde te lleve, y los suyos le llevaron
al teísmo, a través de unas preguntas elementales: ¿quién escribió las
leyes de la naturaleza?, ¿sabía el universo que nosotros veníamos?, ¿cómo llegó
a existir la vida?, ¿salió algo de la nada? Todo esto ocupa unas cien páginas,
pero los prólogos y los apéndices (aunque tal vez añadidos para "hinchar
el perro") son igualmente interesantes.
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