11 noviembre 2010
Formas breves
En Anagrama han cogido la costumbre de publicar todo lo publicable de los autores que han recibido ya la confirmación de la crítica internacional. Creo que era Julián Marías el que criticaba en uno de sus artículos este proceder: que se incluyan dentro de las obras completas de tal autor hasta los autógrafos que escribió en una servilleta para dedicarlos a un admirador. Pues bien, uno coge Formas breves con la intención de ver cómo se las gasta el tal Ricardo Piglia como novelista, y resulta que son escritos dispersos de muy vario carácter. Algo así hizo la editorial también con Paul Auster en su último lanzamiento, de cuyo título no me acuerdo.
El caso es que no lamento haber leído esas "Tesis sobre el cuento" que prácticamente cierran el libro, porque, por muy opinables que sean, proyectan un poco de luz sobre ese género nuevo y todavía no muy delimitado que se llama el cuento contemporáneo. Dos historias que se entrecruzan, y la labor del cuentista es ofrecernos el punto exacto en que se produce el encuentro, velándonos más o menos una de ellas. Es sugestivo, y Piglia tiene la originalidad (muy propia de un escritor manierista) de plantearse cómo hubiera escrito Kafka un cuento de Borges, o viceversa. Es lo mejor del volumen, repito, porque el resto me parece eso, un ejercicio manierista.
Nota redactada en junio del 2001
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