15 febrero 2008

Educación socialista


Su profesor lo está infinitamente más [indefenso]. Para atarle, y bien atarle, lejos ya de los toscos métodos de la antigua censura, existen los hilos de la telaraña normativa segregada por los graves zánganos de la nomenklatura. Como la democracia es inversamente proporcional al número de consejos, asociaciones y equipos directivos oficiales, cualquier protesta produce una simple vibración de la tela, pronto apagada por el zumbido sentencioso del depositario de las consignas, el cual está siempre pendiente a bajar, tablas de la Ley en mano, de su Sinaí. La Reforma Educativa española ofrece, en este sentido, un plantel de burócratas innumerable. El volumen de papel generado es paralelo a la estulticia pretenciosa del contenido, que proporciona, sin embargo, fluido nutricio a su clero elaborador. El informe, por poner un ejemplo, que debe acompañar a cada materia suspensa de 4º de la ESO está redactado, no como guía de estudio (el estudiante sabe perfectamente cuál es el programa de cada asignatura y su desconocimiento de él; en numerosos casos ni siquiera se ha molestado en examinarse), sino como alegato de excusa por no haber aprobado al alumno. Naturalmente su falta de esfuerzo, capacidad, mérito, conocimientos, no impide que éste promocione y titule, que pase al curso siguiente en cumplida e irremediable ignorancia del anterior. El pliego de descargo por el que el profesor intenta hacerse perdonar por la sociedad su baja calificación no se resume, naturalmente, en las insobornables cifras y siglas de perfecta comprensión para cualquiera. Por supuesto -prodigios de la neolengua- han desaparecido los ceros y MD (muy deficiente); el INS (insuficiente) recubre piadoso tanto al que no se ha dignado hacer ni un examen y ha mostrado la participación intelectual de una silla como al que, sin aprobar, procuró escribir unas líneas y obtuvo un 3. El informe comporta valoraciones para las que se supone al profesor de Matemáticas o Lengua dotado de la bíblica percepción de la desnudez de las almas. Debe juzgar, según reza la normativa, en qué medida este ocupante de un espacio en el aula ha logrado Conocer y valorar en el grado adecuado los contenidos correspondientes a cada área en los siguientes aspectos: medio físico, desarrollo científico y tecnológico, patrimonio cultural y su conservación, funcionamiento del propio cuerpo, funcionamiento de las sociedades. Desarrollar normas sociales de comportamiento con actitudes de solidaridad, respeto y tolerancia ante las diferencias de sexo, ideológicas, religiosas, sociales y raciales. Etc., etc. Está claro que el equipo redactor logse cobra por líneas, carece de sentido del ridículo y muestra una incontrolada fruición catequística de cuño posmoderno.

Mercedes Rosúa, El archipiélago Orwell

(Créanme: la descripción es objetiva y exacta. Continuará.)

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