19 abril 2007

Primero

lo de Carlos y Nerea, ahora lo de María San Gil... Ella ha dado razones poderosas que no hay por qué poner en duda, y menos viniendo de una heroína (sí, no quito una letra) como ella. Pero uno no puede evitar la impresión de que los resistentes vascos se están desmoralizando, y no es para menos. Tantos años jugándose la piel para que todo se venga abajo por obra de unos traidores... Eso acogota a cualquiera. Tal vez yo en su lugar me hubiera retirado del mundo mucho antes, a reflexionar sobre las razones para no mandar a la humanidad a la porra y quedarme a contemplar cómo se encarroñan los unos a los otros.

Será cuestión de apelar, desde boxes, a Miguel Ángel Blanco, para que obre como la serpiente en el desierto. Si el Foro de Ermua se queda sin nombre, ahí tiene uno que no podrán quitarle.

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