02 diciembre 2017

Papirotazos

Echo un vistazo a Breve historia de la literatura española, de Alberto de Frutos, bien tratada por Adolfo Torrecilla, de quien me fío. Me parece, más que breve, esquelética. Lo más apreciable es, como indicaba Torrecilla, el tono periodístico que le aporta amenidad. Veo que no sale del tópico al tratar la narrativa de posguerra, que no sería sino la crónica de una larvada oposición a la dictadura: La familia de Pascual Duarte y Nada son “sendos papirotazos a la novela triunfalista tutelada por el régimen”.

Confieso que a fecha de hoy todavía no sé cuáles son esas “novelas triunfalistas tuteladas por el régimen”. Lo que sé es que Nada recibió un premio instituido por una revista falangista en su primera convocatoria, y que la prensa del momento (prensa del régimen, por supuesto) habló de ella hasta el aburrimiento; que Camilo José Cela ejerció de censor para el famoso régimen y de conferenciante en instancias oficiales mientras iban apareciendo ediciones de un Pascual Duarte bastante bien recibido por la crítica. Se lo cuentan a Pasternak y a Solzhenitsyn y las carcajadas se oyen en Pernambuco. No te digo si además añades que La fiel infantería, novela triunfalista que exaltaba a los combatientes nacionales que “fecundaban la patria a tiros”, lejos de ser “tutelada por el régimen”, fue rechazada por la censura eclesiástica por “expresiones de sabor volteriano”.



P. D. Poco después de escrito esto, encuentro esta perla:

La falsificación, la impostura, comenzó con una circular enviada por Juan Aparicio, director general de Prensa, en 1942 o 1943, a todas las publicaciones periódicas del país, como era vox populi in litterarum orbe cuando yo llegué a Madrid en 1958... Dicha circular "aconsejaba" a los directores de los periódicos y revistas prestar especial atención y dar relevancia a los libros y a las noticias relativas al poeta José García Nieto, el comediógrafo Víctor Ruiz Iriarte y el novelista Camilo José Cela. Aquí nos interesa la novela. En la primera época de La Estafeta Literaria (cuarenta números entre 1944 y 1946), informa Martínez Cachero que Cela "aparece número tras número hasta 384 veces (para ser entrevistado, contestar a las preguntas de una encuesta, escribir una reseña, ser reseñado, ser objeto de examen por críticos o por médicos, etcétera)". Casi cuatrocientas referencias, en menos de cuatro años, en una sola publicación... ¡quincenal! Aunque otras no hubiesen sido tan "generosas"... E idéntica fuente protectora tuvo el excepcionalmente favorable trato que recibió La familia de Pascual Duarte por parte de una censura que por entonces era severísima. En este sentido, se pregunta el historiador citado: "¿Cómo fue que La familia de Pascual Duarte vivió sin traba censorial alguna casi doce meses de éxito?, ¿alguna mano poderosa se interesó eficazmente por una novela con violación, matricidio, asesinatos, prostitución y adulterios, aunque el protagonista termine su vida arrepentido y la relate para aviso y escarmiento de presuntos lectores?" Según Luis Ponce de León..., a quien cita Martínez Cachero, la obra fue efectivamente protegida, contra vientos y mareas, desde la Dirección General de Prensa.

(Manuel García Viñó, La novela española desde 1939: historia de una impostura, 44)

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