03 marzo 2017

Un personaje de Chejov,


en el cuento "Luces":

...la gente fría, reconozcámoslo, no se preocupa de la castidad. Esa virtud solo la conocen las personas afectuosas, impulsivas y capaces de amar.

Me quedo con lo último, claro: ser poco afectuoso, o nada impulsivo (lo cual también es una virtud) no inhabilita a nadie para la castidad. Me alegra ver que la doctrina de la Iglesia en este punto, relacionando castidad y amor, no se queda sola.