30 septiembre 2015

Vidas sombrías



En realidad lo que me he leído es la colección de cuentos de Alianza Editorial, dentro de la cual se incluyen los que Baroja publicó bajo el título de Vidas sombrías. Pero no hay indicación de cuáles son esos en concreto. Creo que de todos ellos voy a recordar sobre todo La dama de Urtubi, ese relato gótico sobre la noche de Walpurgis, al mismo tiempo tan realista y arraigado en la tierra del escritor: consigue darnos una imagen muy pegada a la tierra del fenómeno de la brujería, como explosión vital de instintos que se reprimen durante la vida normal en sociedad.

Por lo demás, los tonos son variados: costumbristas, líricos, fantásticos, simbólicos, a veces combinados. La compasión hacia los descartados, como diría el papa Francisco, se hace notar también aquí y allá, como en sus novelas: Hogar triste es el ejemplo más típico, y toma caracteres de profecía revolucionaria, algo tosca, en Nihil. Tenemos también alguno de esos personajes individualistas, anárquicos, al estilo del Tellagorri de Zalacaín, tan del gusto de Baroja; y otros pintorescos, como Lecochandegui o Elizabide el vagabundo, semejantes a tantos que pululan por aquella novela. Por cierto que la lengua vasca suena siempre en Baroja a un vitalismo felizmente lejano de las chabacanerías políticas a que la han condenado en las últimas décadas; y no es uno de los menores encantos de las narraciones barojianas.

__