09 octubre 2012

Amor verdadero, dulce monotonía

Los días comenzaron así a hacerse semejantes a sí mismos, en un dichoso círculo sin fin en cuyo interior conocieron los fugitivos el amor verdadero. Acabó el verano y vino el otoño; acabó el otoño y vino el invierno. Sólo las largas conversaciones con el viejo mago rompían la dulce monotonía de sus existencias.

En José Javier Esparza, El dolor

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